Ábrete al mundo de las verdades superiores.
           
              Las conquistas fáciles, los placeres transitorios, las sensaciones fugaces son ilusiones. 
             
            Busca intensamente realidades de valor y duraderas, y para lograrlo esparce en tus ambientes alegría y optimismo, bondad y amor, que son las bases inconmovibles y eternas de la felicidad que no se acaba. 
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