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Mantén siempre, a la misma altura,
la valentía del bien.
No hablamos de la valentía que se tiene con palabras, que es fácil. Contar proezas, todos sabemos...
Pero la valentía de luchar contra tus propios vicios es la que realmente vale, porque de allí vendrá el triunfo final.
Sé constante y perseverante, camina erguido hacia adelante y hacia arriba, y mantén firme la valentía en las obras de todos los días en busca del ideal.
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