Cada día señala el comienzo a una nueva etapa del trabajo ya iniciado.  
                           
                          Acuérdate de agradecer al Padre las ganas de descanso que te concedió y prepárate para las tareas que te han confiado, con alegría y buena voluntad.  
                           
                          Da gracias, también por el trabajo que te proporciona el pan de cada día,  
                      e intenta realizarlo del mejor modo posible.  
                         
                        El trabajo bien hecho nos da la alegría.  |